viernes, 10 de abril de 2015

Pascua II. Avignon, Arles y Aigues Mortes

Sigo con mi viajecillo del fin de semana pasado.

Como os comenté en mi anterior post, dormimos en Avignon. 

Si no conocéis esta ciudad y tenéis oportunidad no podéis perdérosla. Tiene una historia increíble, fue sede del Papado el s. XIV y sólo se incorporó plenamente a la corona francesa en el s. XVIII. Y todo eso se nota.

Sin duda el edificio mas emblemático es el Palacio de los Papas, donde estos residieron durante su estancia en Avignon.





Muy conocido también es el famoso puente de Avignon. Por la canción y porque las cosas rotas tienen su encanto, las cosas como son.


Al margen del impresionante Palacio, la ciudad está llena de iglesias (muchíiisimas), casas, torres, jardines y plazas que merece la pena ver. Y que vimos a pesar del viento y el frío insoportable.




Dedicamos todo un día a pasear y ver tranquilamente la ciudad y, la verdad, no nos arrepentimos.

La siguiente parada fue Arles. Junto con Nîmes, esta ciudad explota mucho su tradición taurina y cuando llegamos estaban de feria, así que acabamos sin tener claro dónde estábamos. Porque una cosa es que haya una corrida, y charangas por la calle (en el sur de Francia las bandas municipales también están muy extendidas), incluso entiendo que todos los restaurantes hagan paella, que en la Camarga se produce mucho arroz ya que es una zona de marismas, pero lo de las faldas de faralaes, los pasodobles en castellano o los sombreros cordobeses ya nos parecieron excesivos, nos olvidamos de que estábamos en Francia.

Yo soy antitaurina, aunque toda la parafernalia que rodea a los toros me llama la atención no entiendo la faena como una expresión cultural, vamos, me gustan las lentejuelas y la caspa, no los toros en si. Así que aunque A. me propuso entrar a ver la corrida pasé muy mucho.

La plaza de toros de Arles es otro anfiteatro romano. Más pequeño y más restaurado pero igual de impresionante que el de Nîmes.


Estaba lleno porque había una corrida de rejones.


Además, en Arles hay un teatro romano, aunque no queda mucho del pobre.


Pero también hay otros edificios que merece la pena descubrir. A nosotros nos gusto especialmente la iglesia Primatiale de St. Trophime. Tiene una fachada preciosa.


Después de la visita a Arles ya nos teníamos que volver a Toulouse, pero aún paramos en Aigues Mortes para ver la muralla y la ciudad medieval. Íbamos pillados de tiempo, estaba llena de turistas  y tampoco tiene tanto que ver, así que fue una visita rápida, lo suficiente para ver las marismas desde las murallas y recordar cuando visité la ciudad hace unos 14 años con unas amigas.


Y, en definitiva, esta fue nuestra ruta por Provence, ¿que os parece? ¿conocéis alguno de estos sitios? qué hicisteis vosotr@s en Semana Santa?




2 comentarios:

pepa dijo...

que bonito pero me cae lejos , me conformare con que me las enseñes, y lo de los toros me gusta como dices lo que le rodea pero solo fui a una, mi padre era aficionado lo pase tan mal que no he vuelto, aunque el rejoneo es mas bonito, besssssssssssssss

Eva Mª dijo...

Un sitio precioso que tuve la suerte de visitar el año pasado... Este año a ver si vuelvo por allá. Un beso